Con la firma de Toncek Arko, texto publicado el viernes 18 de enero en el diario El Cordillerano.
Durante la noche del miércoles 16 de enero falleció Tage Rosenkjaer, uno de los comerciantes más reconocidos, ponderados y destacados del centro invernal Cerro Catedral. Trabajó en la montaña durante 50 años y sus hijos continúan atendiendo el kiosco de Tage, el parador más concurrido en la base de la montaña.
Tage había cumplido 91 años el 14 de enero de 2019, oportunidad en que pudo compartir el último asado con toda su familia. Falleció en su casa, de noche, tal vez de la mejor manera en que uno puede marcharse de este mundo. Será despedido el viernes 18, a las 16, en el cementerio Valle del Descanso.
Los que tuvimos el privilegio de conocer a Tage seguramente recordaremos su amabilidad, su buen carácter y sus exquisitas comidas. Todo lo que ofrecía se distinguió por la calidad y además por ser muy rico. Comí decenas de veces su goulash y centenares de panchos, preparados de forma única. También su vino caliente, sus sándwiches y sus tortas y strudel son inigualables.
Su gastronomía siempre fue de primera calidad y la atención a tono. Siempre buena onda. Esto supo ser inculcado por Tage e Irene tanto en sus hijos, Diego y Ernesto, como en sus nuevas, Patricia y Sibyle, y también a los empleados que durante años trabajaron con ellos.
Tage (nacido el 14 de enero de 1928 en Fruensboge, Dinamarca) estuvo casado más de 60 años con Irene Berninger (austríaca). Ambos emigraron hacia Argentina, donde se conocieron. Los Rosenkjaer llegaron en 1939, siendo niños. No escaparon de ningún lado, como erróneamente publicó algún portal digital.
Tage es hermano de Pablo Rosenkjer, destacadísimo dirigente deportivo del esquí, quién presidió la Federación Argentina de Ski y Andinismo e integró el concejo de la Federación Internacional de Ski. Los apellidos de ambos hermanos se escriben diferente, por un error en la oficina de migraciones al anotarlos cuando llegaron al país. Al tercer hermano, Walter, lo anotaron como Rosenkjar.
En Catedral Tage e Irma comenzaron a atender el viejo refugio del Club Andino Bariloche (CAB), en la base de la montaña, durante el invierno de 1954. El refugio era pequeño y al regresar todos los esquiadores secaban sus prendas en los hogares a leña y en las estufas. Tiempos de pioneros.
Posteriormente pasaron por el refugio Lynch, por la confitería de Punta Nevada y el recordado refugio en Piedra del Cóndor, durante la gestión de Sol Jet. Este refugio, arrasado por un incendio, supo de jornadas de gloria, durante las semanas internacionales de esquí de los años setenta, inclusive con cenas nocturnas, y posteriores descensos con esquí.
Tage creó “la Bielita” (actualmente el Barrilete) el primer parador en las pistas donde solo se podía llegar esquiando. Con Williams Reynal también administró Intermedia y Plataforma 1.200.
En el sector de Robles Catedral atendieron el refugio de La Hoya, que operó con su nombre durante una década. En 1984 acordaron nuevamente con el CAB y construyeron el kiosco de Tage en la base, al norte del refugio infantil. Se llamó “Kiosco Tage” y su gastronomía siempre fue de excelencia y adquirió nombre propio en el centro invernal.
En el refugio del CAB tuvieron lugar reuniones memorables, donde se distinguieron a los pioneros y se reencontraba cada invierno la gente del esquí. La década del noventa se caracterizó por ello. Siempre con una rica cena, en general el goulash con spezli, una de las especialidades de la casa.
En julio de 2004 la familia Tage celebró sus primeros 50 años en el centro invernal. En aquel entonces administraban el kiosco y el refugio infantil del CAB. Crearon y construyeron el primero y lo tuvieron durante 21 años. Durante este tiempo todos los aniversarios del CAB se festejaron allí y numerosos presidentes y socios del club más tradicional de Argentina agradecieron y distinguieron a Tage y su familia. También la asociación de guías de turismo de Bariloche realizó un sentido homenaje a Tage, en su nuevo refugio.
No obstante, un nuevo presidente del CAB, oriundo de Buenos Aires, estimó que el ciclo Tage estaría cumplido. En marzo del 2006 los Rosenkjaer se fueron y construyeron su actual kiosco. Muy pronto dicho lugar volvió a ser el más visitado en la base de la montaña. Y sus hijos construyeron otro refugio anexo.
Desde entonces, el lugar es el más concurrido de la base. Recomendado por guías de turismo, instructores de esquí y lugareños, es el preferido por residentes y turistas.
Y pese a que Tage ya no está, su legado y su refugio perdurará en el tiempo. Como ejemplo de que con trabajo, con pasión y esfuerzo se pueden superar todas las adversidades y lograr ofrecer un producto y un servicio de excelencia. Hasta siempre querido Tage.
Enlace: