De: Relatorio del IX Congreso Geológico Argentino, Geología y Recursos Naturales de la Provincia de Río Negro, San Carlos de Bariloche, 1984. Auspiciado por la Asociación Geológica Argentina. Buenos Aires, 1984.
Por Daniel Edmundo Robles. Yacimientos Petrolíferos Fiscales
(NdR: focalizamos nuestro interés sólo en parte del presente capítulo)
Yacimientos de Hidrocarburos
Introducción
En el territorio de la provincia de Río Negro han sido reconocidas seis regiones geológicas. En tres de ellas no se han realizado sondeos exploratorios por no vislumbrase, por ahora, la posibilidad de hallar depósitos rentables de hidrocarburos. Ellas son la Comarca Norpatagónica ubicada en la zona central y sur, la continuación meridional de la Cordillera Neuquina en el extremo suroccidental y la prolongación más austral de la Llanura Chaco Pampeana ubicada entre los ríos Colorado y Negro y el entorno del meridiano de 64° de longitud oeste.
Las otras tres regiones geológicas corresponden a las cuencas del Colorado, Ñirihuau y Neuquina, ubicadas al este, suroeste y noroeste respectivamente.
En ellos, la intensidad del ritmo exploratorio en busca de hidrocarburos y los logros productivos han tenido muy diverso resultado.
Cuenca del Ñirihuau
Esta comarca fue estudiada desde el último decenio del siglo pasado, por lo tanto son numerosos los trabajos presentados, estimándose que es Cazau (1980), el que sintetiza y compendia la información existente hasta el año pasado. (NdR: 1983).
Desde principios de este siglo se conocen manifestaciones de hidrocarburos en superficie, en el arroyo de la Mina, efluente derecho del río Ñirihuau, a unos 19 kilómetros al sudeste de San Carlos de Bariloche (Willis, 1914; Vinda, 1925; Piatnitsly, 1947) y burbujeo de gas combustible entre el río Foyel y Los Repollos, sobre la ruta 40 (Miguel, 1918, en Suero, 1955) a unos 15 km al norte de El Bolsón.
En 1916 el Sr. Soriano Rozas con permiso de cateo (Mina Chile-Argentina) realizó tres perforaciones precarias en el núcleo del anticlinal asimétrico conformado en sedimentitas del Terciario, existente en el citado arroyo de la Mina Ñirihuau (Vinda, 1925). Los mismos alcanzaron 90, 50 y 60 m respectivamente.
Las cantidades de petróleo fueron exiguas, el pozo N° 2 produjo 10 barriles en dos días, con una densidad de 0,938 a 15° C y viscosidad Saybolt 275 cp a 99°C (L. Cazau, 1979).
En 1922 la cuarta perforación sobre el flanco oriental del pliegue llegó a 150 m sin alcanzar los niveles buscados.
Muy próximo a estos cateos, YPF perforó entre 1933 y 1938 dos pozos, el primero llegó hasta 636 m sin salir de la Formación Ñorquinco, mientras que el segundo con 1492 m de fondo atravesó la citada unidad y alcanzó a la Formación Ventana.
En ambos sondeos el interés se centró en las arcilitas gris oscuro y margas bituminosas intercaladas con areniscas finas de la formación Ñorquinco. Si bien se observaron abundantes evidencias de petróleo, en ningún caso se obtuvo producción de interés.
Como dato anecdótico se señala que durante los tres primeros meses de perforación el jefe de la Comisión Geológica a cargo de la atención correspondiente del pozo 1, a pesar de denominar al sondeo Ñirihuau, enviaba sus parte desde el campamento Ñirehuau; ese geólogo era José María Sobral (YPF, 1933). (NdR: puede que fuera el nombre correcto. Ñire: árbol de la zona y huau o huao: cañadón. Cañadón de los ñires, que los hay, en abundancia).
Al momento de preparar el presente texto, la cuenca del Ñirihuau se encuentra por ley Nro. 21.778 bajo el régimen de Contrato de Riesgo con número 20.827, otorgada a la Compañía Pluspetrol. La misma ha realizado una prolija prospección mediante sísmica de refracción y reflexión, comprobándose espesores sedimentarios de 3.000 a 3.300 metros. Se ha complementado el trabajo, reinterpretando estudios de gravimetría existentes.
Cuenca neuquina
El engolfamiento neuquino ha sido y es profusamente estudiado desde el punto de vista petrolero. En ocasión del VIII Congreso geológico argentino llevado a cabo en Neuquén, el presente tema fue abordado en el correspondiente relatorio por el doctor José G. Kelly (1978) con su habitual solvencia. Por tal motivo, siendo el sector rionegriono, la continuación y finalización oriental del egolfamiento, el citado autor ha aliviado enormemente la presente tarea (…).
José María Sobral estuvo aquí
José María Sobral ingresó en 1895 a la Escuela Naval egresando como guardiamarina (promoción número 24) en agosto de 1898. Realizó el primer viaje de instrucción en la Fragata Sarmiento que duró veintidós meses entre 1899 y 1900. Entre 1901 y 1903 participó en la expedición polar del doctor Otto Nordenskjöld que quedó aislada en la Antártida durante dos años.
En 1904 pidió la baja de la Armada y viajó a Suecia para estudiar Geología en la Universidad de Uppsala donde se doctoró en 1913. Casado con Elna Klingström tuvieron nueve hijos (cuatro suecos y cinco argentinos).
En 1914 regresó al país. Fue el primer geólogo argentino con título universitario y el mejor petrólogo a nivel mundial de su época.
A su regreso ingresó en la Dirección General de Minas e Hidrografia donde llegó a ser director general en 1924.
En 1930 fue nombrado cónsul general en Noruega y a fines de 1931 ingresó como geólogo en YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) donde se jubiló en 1935.
Fue más o menos en esta época cuando José María Sobral anduvo por aquí.
Don Eduardo Catalán recordaba hace algún tiempo: “en Ñirihuau descubrieron petróleo porque mi padre Desiderio Catalán y un vecino, Santos Acuña, observaron que las vacas lecheras llegaban todas las mañanas con el hocico sucio. Entonces empezaron a recorrer, para ver por qué, qué era, y descubrieron que iban a lamer petróleo que afloraba entre unos ñires, entre unos montes. Porque el petróleo es salobre y entonces las vacas iban a lamerlo…
Y es así que descubrieron esos (vestigios) de petróleo. Fueron Desiderio Catalán y Santos Acuña que lo denunciaron, dieron cuenta a la dirección de Minas. Afloraba, afloraba el petróleo como una vertiente. Y después se interesaron los ingenieros, los geólogos en venir a ver y fue cuando anduvo por la zona ese famoso ingeniero (geólogo) Bailey Willis (entre 1911 y 1914).
“Yo fui guía de Sobral, el baquiano, conocedor de la cordillera. Pero había andado antes, cuando tenía catorce años, vendría siendo en 1924, con un geólogo italiano que se llamaba Feruglio (Egidio) De ahí yo me daba cuenta de algunas cosas porque era medio intruso, medio preguntón y (me dijeron) que esa era una gran fuente de petróleo.
“Anduve tres meses con Feruglio en la cordillera. A partir del nacimiento del cerro Ventana, aquí, del Ñireco, recorriendo hasta el límite con el Chubut.
“Después vino a hacer el cateo YPF que estuvieron más o menos del 33 al 36 (cuando) se dio por terminado el trabajo y quedaron clausurados los pozos”.
Desde entonces y hasta su muerte en 1961, José María Sobral continuó recorriendo el país haciendo estudios geológicos y dando conferencias sobre esos temas.
En la Antártida
La expedición del doctor Nordenskjöld, de 1901-1903, fue apoyada por la Argentina, que le proveyó víveres y provisiones, a cambio de que admitieran que un representante del gobierno nacional se sumara al grupo, a instancias del perito Francisco Pascasio Moreno.
El elegido fue el joven marino José María Sobral, quien actuaría como observador meteorólogo y geodesta, realizando, además estudios de biología y reconocimientos geológicos.
La expedición sueca partió de Buenos Aires el 21 de diciembre de 1901 a bordo del Antarctic.
En febrero de 1902 Nordenskjöld, Sobral y cuatro compañeros desembarcaron en la isla Cerro Nevado (Snow Hill) donde armaron una casilla de madera prefabricada en Suecia.
Allí permanecieron durante todo el invierno efectuando observaciones meteorológicas, estudios de magnetismo, trabajos de biología y reconocimientos geológicos.
Realizaron también una expedición hasta las proximidades del círculo polar antártico caminando más de seiscientos kilómetros en territorios desconocidos para el hombre.
A principios del año siguiente, cuando el Antarctic navegaba para buscar a los invernantes, naufragó en el Mar de Weddell.
El capitán Carl Larsen y los tripulantes buscaron refugio en la isla de Paulet, donde construyeron una pequeña cabaña de piedra. (…) luego de un penoso invierno, el 8 de noviembre de 1903 una misión argentina de salvamento dirigida por el teniente Julián Irizar, a bordo de la corbeta Uruguay rescató al contingente y lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Reflexiones de Sobral:
El 14 de abril de 1902, cuando cumplía veintidós años de edad en el refugio que lo cobijó durante los dos años de permanencia en la Antártida, en Cerro Nevado; escribió en sus apuntes… “Son las 2h 30m, estoy de guardia, una taza de té por delante. Pienso en mi casa, en mis queridos viejos y hermanos. A esta hora estarán durmiendo, tal vez mi madre despierta pensando en mí. Con cuánto gusto estaría a su lado para abrazarlos. Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 22. Por esta misma razón pienso que mi madre está despierta pensando en mí, cuánto deseo verlos! Pero me conforma la idea que para sentir la dulce sensación de verlos después de mucho tiempo tiene que suceder la separación, tiene que suceder este sufrimiento. El que no sufre no puede experimentar el placer de dejar de sufrir… el viento sopla en borrascas… todo el resto del día fue muy feo, es uno de los días más desagradables que he pasado”.
Este gran hombre, emitió el siguiente juicio de valor sobre las gestas exploratorias:
“No hay que juzgar a las exploraciones solamente por sus resultados, sino por sus esfuerzos y teniendo en cuenta las circunstancias en que estas fueron hechas”.
Fuentes:
Primer Argentino que invernó en la Antártida. Alférez de navío José María Sobral. Fundación Marambio. (Infoamarambio.aq/ Paraná 6658, Carapachay, Buenos Aires, abril 2008).
*El relato de don Eduardo Catalán integra el libro Hombres y Mujeres de Bariloche. Entrevista realizada por el periodista Pastor Méndez.