Oficialmente la fecha de fundación de San Carlos de Bariloche es el 3 de mayo de 1902. Evaluados diversos acontecimientos históricos, durante el primer Congreso de la Historia Rionegrina realizado aquí entre el 21 y 24 de noviembre de 1968 prevaleció la postura del sacerdote e historiador Raúl Entraigas fundamentada en el decreto nacional que reserva “para la fundación de pueblos 400 hectáreas en el territorio de Río Negro. En el paraje conocido con el nombre de Puerto Moreno los lotes 111 y 95. Y en el denominado San Carlos, los lotes 114 y 115”.
Antes -con fecha 9 de abril de 1902-, también con la firma del presidente Julio Argentino Roca, había sido decretada la creación de una colonia agrícola ganadera de acuerdo con las disposiciones de la Ley de Hogar; a denominarse Nahuel Huapi, en las tierras fiscales adyacentes al lago del mismo nombre.
Ese año (luego del laudo arbitral del rey Eduardo VII de Gran Bretaña) es acordado el tratado de límites con Chile. Comienza a aplicarse aquella Ley, que establece la delimitación de manzanas hasta las calles Gallardo o Tiscornia; a partir de allí, las quintas (cuatro manzanas cada una). Los lotes pastoriles de cuarenta y dos hectáreas, rodeando el lago, eran cedidos a cambio de cercar, asentar vivienda y habilitar un pozo para abastecimiento de agua.
La posesión de tierras a cambio de mejoras y productividad fueron promesa más que suficiente para emprender viaje hacia este tan lejano como atractivo territorio, donde el poblamiento había comenzado aún sin esa ventaja. Los pioneros abrieron huella al afianzamiento de la comunidad y al progreso. Embarcaciones, carretas, mulas y caballos transportaban provisiones hacia y desde el incipiente poblado.
El historiador local Ricardo Vallmitjana aporta en “A Cien Años de la Colonia Agrícola Nahuel Huapi 1902-2002” que en 1916 tuvo lugar la primera subdivisión de tierras en un Lote Agrícola, cuando el ingeniero Emilio Frey adquirió a Oscar Runge una parcela del lote 45 donde edificó su casa familiar, el chalet “Los Cipreses”, proyectado y construido por Primo Capraro.
Motivó la compra el hecho de que Frey era funcionario de Tierras y Colonias y a fin de no despertar suspicacias prefirió comprar la tierra a un vecino que adjudicarse gratuitamente una parcela, aunque la legislación se lo permitiese.
La década del ´30 marcó el inicio de profusión de obra pública encarada por la Administración de Parques Nacionales presidida por Exequiel Bustillo asistiendo al Parque Nacional Nahuel Huapi -cuyo primer intendente fue el ingeniero Frey-.
Cuando a sus 23 años Francisco Pascasio Moreno izó la bandera argentina a orillas del lago Nahuel Huapi en 1876, iniciaba creciente interés del gobierno nacional por territorios donde sus habitantes reconocían autoridad en el Señor del País de las Manzanas, el cacique Valentín Sayhueque.
Aquella Ciudad de los Césares que atrajo en 1620 al capitán Juan Fernández -y, aún antes, a franciscanos y mercedarios de Valdivia y Osorno entre 1568 y 1590 que también visitaron la “laguna de Nahuelhuapi”- era leyenda que auguraba riqueza.
San Carlos de Bariloche a sus 116 años, cosmopolita y vital. Históricamente enfrascada en planteos que parecen anticipar situaciones similares a nivel general, hoy alberga en su seno una discusión cuya profundidad parece no ser convenientemente considerada.
Más allá de un tema puntual –como es la prórroga de la concesión de servicios en cerro Catedral a Catedral Alta Patagonia hasta 2056-, resulta sustancial analizar comportamientos y roles sociales así como su incidencia en la vida comunitaria.
Un día antes del aniversario de la ciudad el Concejo Municipal decidió por mayoría de los integrantes de su Comisión Legislativa no dar curso al proyecto de ordenanza presentado el jueves 5 del mes pasado mediante Iniciativa Popular avalado por 3354 firmas certificadas, cumpliendo con lo que manda la Carta Orgánica Municipal para su tratamiento. Rúbricas que ascendieron a 5443 al momento de la reunión de los ediles. Fue considerado inadmisible.
Más de cinco mil voluntades soslayadas por autoridades que afirman que un instrumento de democracia semidirecta, explícitamente resguardado, reviste inferior categoría al poder que les fuera delegado por el pueblo al elegirlos. Atribuidas además a obedecer directivas de partidos políticos opositores como, si de ser cierto, esa fuera razón para restarles validez.
Loables referencias a la democracia como valor superior, con profunda raigambre en la aceptación, el diálogo y el respeto; parecen opacarse en actitudes alejadas de esos preceptos.
Acciones que podrán responder tanto a convicciones personales como a mandatos partidarios. O a ignotos motivos. Lo que les está vedado a los ciudadanos es trasgredir la ley. Si así fuera, deberán asumir las consecuencias.
No es gratuita la referencia aquí al dato aportado por Vallmitjana. En este aniversario deseamos un presente y futuro guiado por el ejemplo de quienes privilegiaron la honestidad y el bien común entre múltiples posibilidades. Así sea.
Teresita Méndez